El ideal no existe. En ninguna situación ni momento. Un domingo de protocolo en el que la tensión del resultado no se roba la atención mental, debería ser una jornada de virtual descanso. Claro, debería ser… Lejos de eso, al mismo tiempo en que Juan Mónaco (venció a Tobías Kamke por 6-4 y 7-6 (7-2)) y Carlos Berlocq (derrotó a Cristopher Kas 6-2 y 6-4) cumplían con el público, y también con la lógica, sellando el 5-0, el tiempo libre permitía ocuparse de al menos un par de temas que hasta el sábado eran temática del futuro y que, ayer, habían ganado el centro de la escena. ¿Se mudará de sede la serie de cuartos de final contra Francia para ir a Mendoza o Tigre? Difícil. La primera le daría al visitante, y en particular a Jo-Wilfried Tsonga, la ventaja de jugar en la altura, con todo lo que eso implica en términos de favorecer el veloz juego del mejor jugador francés. Lo de Tigre implicaría una inversión muy importante para, desde hoy mismo, correr contra el reloj y el calendario. Parece no haber tiempo suficiente para contar allí, con una sede que tenga todo lo que garantiza el Parque Roca.

El otro tema instalado fue la decisión del capitán Martín Jaite de "invitar" a Juan Martín Del Potro a integrar el equipo. Refrendada por el capitán en el último contacto con la prensa, del lado del tandilense no será recibida con buenos ojos. Lejos de eso, se tomará la iniciativa como una forma de exponerlo, otra vez, a expresar públicamente su decisión. Y vale preguntarse si tiene sentido hacerlo. Pocas horas han pasado después de una serie que se imaginaba cerrada y terminó siendo ideal. Aunque, está dicho, el ideal no exista.